jueves, 26 de septiembre de 2013

Educación inclusiva y discapacidad


La educación inclusiva y discapacidad
información extraída de Internet

Para enlazar  y aclarar  la relación entre las nuevas concepciones acerca de la discapacidad y la educación inclusiva, se alude a lo plantado por Aguilar (2003: 6-7) “es importante destacar el papel que ha jugado la discapacidad en el surgimiento de la misma(educación inclusiva), esto con un doble propósito; por un lado desterrar la errónea creencia que la educación inclusiva es aquella que hace referencia exclusivamente a los estudiantes con discapacidad en las aulas regulares; pero por otra parte reconocer como la educación inclusiva se nutre de un significativo cambio que se ha operado en la forma de percibir y entender hoy la discapacidad”
La nueva concepción de la discapacidad centrada  en el entorno y lo social, es tremendamente aplicable para  entender que  las dificultades educativas de un estudiante  no pueden ser explicadas simplemente por su  condición de discapacidad, sino que  por el contrario son las características del sistema educativo[1] en sí mismo (planes de estudio inapropiados, formación de docentes  inadecuada, instalaciones inaccesibles, inexistencia de apoyos y otros)  las que están creando "barreras para el aprendizaje y la participación" de estos y  posiblemente de otros estudiantes. (Aguilar, 2003).
Al hacer referencia también a otros estudiantes (no solo los que presentan una condición de discapacidad), se parte de una visión más amplia, la cual  se establece con claridad   en el Marco de Acción de la Declaración de Salamanca de 1994, punto 3, que proclama:

“las escuelas deben acoger a todos los niños, independientemente de sus condiciones físicas, intelectuales, sociales, emocionales, lingüísticas u otras. Deben acoger  a niños discapacitados y niños bien dotados, a niños que viven en la calle y que trabajan, niños de poblaciones remotas o nómada, niños de minorías lingüísticas, étnicas  o culturales y niños de otros grupos o zonas desfavorecidas o marginadas. (p.61).


Por esto,  desde mi propia concepción la educación inclusiva debe ser entendida como un  movimiento educativo fundamentado en el principio de educación para todos, que como tal reconoce la educación como un derecho inalienable de todas las personas. Por lo tanto y consecuentemente se  opone a cualquier forma de segregación en la educación por razones personales, sociales, étnicas o  culturales. 
Esto se pliega  entonces, a que  la educación inclusiva se debe asumir desde una  nueva  visión ideológica, así como a un ordenamiento del sistema educativo conceptual y estructuralmente distinto al que conocemos.  Dentro de esta visión  no son  los estudiantes quienes deben responder a las necesidades del sistema, sino que  es el sistema el que se debe transformar para  dar respuestas  a la  diversidad estudiantil  con criterios de equidad y calidad.
Sin embargo, es importante entender que  la inclusión de estudiantes con discapacidad no puede sustraerse de un concepto amplio como lo es el de  diversidad,  sino que en él encuentra pleno sentido, dado que este planteamiento nos lleva a centrar la atención no tanto en lo que tienen de diferente estos alumnos –aunque lógicamente sin menoscabo de sus características personales-sino en la naturaleza de la respuesta educativa, es decir el tipo y grado de ayuda que necesitan para progresar. (Giné, 2001:2).
Lo anterior no obstante,  hace necesario despejar y reafirmar, como aclara Echeíta citado por Meléndez (2003:16), que  “la inclusión no es la etiqueta moderna para la educación especial, ni un sinónimo de integración tal y como ésta ha venido desarrollándose en los últimos años”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario